Bajo la premisa planteada por el cliente de perseguir la austeridad y la contundencia formal, un cubo blanco se asienta sobre el valle como clara respuesta al lugar.
Tan solo una de las caras se abre al valle para favorecer el asoleo y disfrutar de las vistas sobre el paisaje.
A petición del cliente, la casa consta únicamente de un dormitorio y un área de trabajo independiente. Las zonas principales ocupan el espacio a doble altura de esta caja habitada.